En las secciones anteriores hemos establecida la idea que la integral de una función entre dos determinados valores corresponde a la integral determinada por la curva de la función y el intervalo donde está definida dicha función. Aún cuando la función tome valores negativos tendrá sentido para nosotros el área negativa. |
Supongamos que tenemos una función f( x ) definida en todo o en alguna parte de los números realeso. Vamos a definir la siguiente función |
(1) |
Bajo nuestro concepto de integral, la función F( x ) viene a representar el área determinada por la gráfica de f( z ) y el segmento de recta comprendido entre a y x. Observemos la siguiente figura, |
Lo que puede resultar "complicado" para un estudiante que se inicia en el cálculo es el súbito cambio de variable que hemos realizado para la función f( z ) ¿Por qué no hemos seguido utilizando la tradicional notación f( x )? La razón es muy sencilla, la variable es ahora x para la función F( x), de modo que simplemente utilizamos otra letra vara designar la variable de la función f, y de manera arbitraria hemos elegido el valor de z (perfectamente podemos utilizar otra letra). |
En cualquier caso, parece ser que la definición dada en (1) depende del valor de a también, o de otra forma, la función |
¿tiene algo que ver con la función definida en (1)?. Mucho, como veremos a continuación. |
De modo que F( x ) y G( x ) difieren en una constante. Y por lo demás, es muy sencillo demostrar que si se satisface (1) entonces |
(2) |
En efecto, |
y luego haciendo la diferencia F( s ) - F( r ) obtenemos el resultado. Nótese que en esta sección hemos utilizado la propiedad siguiente |
Ahora bien, el problema que persiste es ¿cómo evaluar la función F( x ) dada en (1)? La solución a este problema se conoce como el Teorema Fundamental del Cálculo. |