EL BRUTO DE KOWALSKI

Osman Cortés Argandoña

Siempre me llamó la atención la escritura peyorativa de un analista cinematográfico de la época al calificar al personaje que encarna Marlon Brando como "el bruto de Kowalski". Desde entonces la analogía de brutalidad humana es el caminar candencioso de Stanley Kowalski, con su camiseta sin mangas y el labio inferior cargado hacia un lado.

La transversalidad caracterológica de personajes del dramaturgo estadounidense Tennessee Williams no deja de asombrar a los lectores ni a los asistentes a las salas de teatro del mundo donde continúan representando sus obras. Ahora, en Chile, tenemos nuevamente un montaje de la inolvidable( ¿la mejor?) "El zoológico de cristal" que vimos hace décadas en Antofagasta con la impecable actuación de la fallecida Marina Teresa Castro.

Transversalidad porque tanto Blanche, Stella, Mitch y Stanley tienen un poco de la esquizofrenia que significa vivir en los ambientes de Williams, donde la sofocación existencial marcó a la década del 50 con seres humanos emergentes de una "victoriosa" Segunda Guerra. La inseguridad más pétrea se precipita sobre todos los personajes sin dejarles alternativa, como no sea, aferrarse a la ilusión que emana de una palabra, de una invitación, un vestido de hilo o una cerveza arrojada al rostro. Nada más misógino que un ambiente de Tennessee Williams.

Stanley Kowalski, con toda su brutalidad sexual y atormentada, encubre una misoginia muy propia del autor que terminó suicidándose en un encuentro con una virilidad que se le escapaba entre cada disparo de su escopeta.

Marlon Brando no tiene términos medios. Su actuación es impecable junto a Leigh, Hunter y Malden. La puesta en escena-imagen del cuestionado Kazan es antológica demostrando su expedición en Williams y una no declarada comprensión de la misoginia dramatúrgica.

Vimos el estreno en Copiapó a fines de la década del 50. Provocó conmoción en el ex Cine Atacama. Había que ingresar con carné en mano o encaramarse en la galería, como nosotros con el Pepe Navarro, Juan Gabriel Irribarra y el Quico Carmona. Al Juan Schilling lo dejaron afuera por torpe.

Una cosa. No solamente íbamos a ver el inicio de los turgentes senos de la Leigh, sino la "achorada"actuación de Brando y su bruto tan bien actuado.